AGITADORAS

PORTADA

AGITANDO

CONTACTO

NOSOTROS

     

ISSN 1989-4163

NUMERO 02 - MAYO 2009

Los Ciclos de la Música Moderna

Roger Gascon

Se dice que hay que evolucionar para sobrevivir. En la segunda mitad del siglo XX el ser humano ha evolucionado mucho, ya sea tecnológica, científica o hasta moralmente (aunque en este último tema no lo tengo tan claro). En cuanto al arte, ha habido evoluciones pictóricas, escultóricas y arquitectónicas, pero quizá la evolución más notable haya sido la de la música.

A mediados de los años 50 apareció en Estados Unidos el rock n’ roll, género que supuso el inicio de una evolución frenética... aunque cíclica. Este estilo de música, proveniente del blues, el country y el rhythm and blues, fue el primer género destinado a los jóvenes, que se identificaban mucho con su ritmo enérgico y sus acordes primarios y exageradamente simples, en contraposición a la extrema dificultad del jazz.

A mediados de los años 60, el rock n’ roll empezó a evolucionar. Los grupos jóvenes ingleses, que hasta entonces se limitaban a imitar la música que venía del otro lado del Atlántico, empezaron a llevar la música hacia otros caminos musicales. Grupos como The Beatles, The Kinks o The Who dejaron de banda las secuencias de acordes sencillas y repetitivas y buscaron melodías más originales y versátiles. Así empezó el pop y su evolución frenética.

Sólo cuatro años más tarde, la música pop había conquistado medio mundo, y había evolucionado a la velocidad de la luz. Ni rastro de la simplicidad del rock n’ roll. El pop pasó a ser experimentación y psicodelia pura. Nuevos sonidos, nuevos instrumentos (entre ellos el sitar indio) y melodías hipnóticas formaron canciones épicas con clara influencia de las drogas.

En los 70 el pop dio paso al rock duro y al rock progresivo. Grupos como Deep Purple, Led Zeppelin, Pink Floyd o Jethro Tull fabricaban canciones con altos grados de experimentación y calidad musical. Las canciones cada vez eran más largas y la música más espesa y difícil de entender para el público sin conocimientos de música que buscaba simplemente divertirse con la música. Ya no había estribillos pegadizos, sino solos interminables de guitarra y canciones de más de cinco minutos.

Si en los años 50 la dificultad de comprensión del jazz dio paso al auge del rock n’ roll, a mediados de los años 70 el rock progresivo dio paso al punk, con canciones cortas y sencillas de endiablada energía y ritmos trepidantes. Grupos como Ramones o The Clash se declaraban fans del rock n’ roll y su música así lo demostraba.

Pero como en los años 60, la simplicidad de tal estilo hizo que tuviera que evolucionar y buscar nuevos sonidos y melodías. A principios de los 80, dicha evolución del punk se convirtió en la new wave, un género que recuperaba las melodías del pop de inicios de los 60. Lástima que enseguida, con la proliferación exagerada de los sintetizadores, las baterías electrónicas y las reverbs y las desmesuradas ansias de hacer dinero de las discográficas del momento, este pop acabara evolucionando en algo sin sustancia, sin calidad y con un propósito exclusivamente comercial.

La gente que valoraba la calidad de la música y de las bandas empezó a escuchar música que no sonaba en las radios ni salía en la MTV. Las grandes discográficas ignoraron completamente este estilo, ya que no les daba los beneficios económicos que les daba el pop “mainstream”, y aparecieron las discográficas independientes... y la música independiente, también conocida con la abreviación “indie”. Grupos como The Smiths o Stone Roses en Inglaterra y Pixies o Sonic Youth en los EEUU evitaron que la música se quedara estancada y marcaron el camino a grupos de los 90. Estos últimos dieron paso al grunge, un estilo de características parecidas a las del punk, mientras que en el Reino Unido apareció el brit pop, una evolución de la música pop de la segunda parte de los 60, con grupos como Blur, Oasis o Supergrass (y hasta bandas como Kula Shaker que volvían a incluir el sitar indio en la música pop).

A finales de los 90, grupos como Radiohead, Sigur Rós o Mars Volta experimentaron con la música, con canciones originales, largas y muy elaboradas. Volvía el rock épico y progresivo... y, coincidiendo con el cambio de milenio, la música moderna volvía al inicio del ciclo, ya que tal dificultad estilística daba paso otra vez a un estilo sencillo, directo, enérgico y sin más pretensiones que hacerte disfrutar. Volvía el punk, reencarnado y reetiquetado como “post-punk”, con The Strokes y Franz Ferdinand a la cabeza.

Y como anteriormente pasó con el rock n’ roll y el punk, duró poco. Hace un par de años evolucionó hacia una new wave, como en los 80... y en estos momentos vuelven a aparecer grupos que basan su sonido en sintetizadores y baterías electrónicas.

Sigue la evolución cíclica de la música moderna.

Ciclos de la Música Moderna
Foto: Jan Saudek

@ Agitadoras.com 2009